Transformar una organización no es un proceso rápido ni sencillo. En muchos casos, el cambio es dolorosamente lento.
Es necesario un gran coraje para apoyar esfuerzos a largo plazo, especialmente cuando existe presión por obtener mejoras dramáticas en los resultados.
Sin embargo, el verdadero liderazgo radica en tener la paciencia y el entendimiento de que las mejoras sostenibles en los resultados solo se logran a través de la mejora continua de los procesos de trabajo. Solo un enfoque a largo plazo puede generar un impacto real y duradero.
¿Tu equipo tiene la valentía y paciencia para enfocarse en el largo plazo?






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