Un cambio de mando puede provocar a menudo un cambio de capacidad. Bajo un mando o jefe puedes estar gobernado bajo temor que te genere incompetencia, mientras bajo un jefe distinto puedes ser inteligente y muy capaz.
Esta adaptación la extraje del libro de Multipliers de Liz Wiseman, sobre lo cual denoto algunos comentarios que son muy ciertos.
- Podemos encontrarnos en valles de bajo rendimiento, no directamente atribuible a nuestra capacidad, sino a la influencia de alguien externo, puede ser un jefe, compañero de trabajo o tu pareja.
- Nuestros picos de alto rendimiento se verán influenciados por otras personas. Si estamos bajo un jefe que no acepta nuestro trabajo, o este lo ve con desprecio, o “no llegamos a su nivel”, sin lugar a duda nos encontraremos en un estado de “incompetencia”, no por nuestras capacidades, sino por los pensamientos que tenemos.
- Si no podemos controlar quien es nuestro mando, seamos el mando ideal para otras personas. Puede ser el caso donde nos encontremos subyugados a un jefe que no nos motiva a crecer, en este caso, el cambio debe de venir desde adentro, de las cosas que podemos controlar, como por ejemplo, como lideramos a otras personas y motivamos su trabajo.
El camino hacia la excelencia esta plagada de gente que nos ayudará y gente que buscará hundirnos. Saber diferenciarlas es clave, y más aún aprender a controlar los pensamientos que tenemos dentro de nosotros mismos para poder adoptar una postura que nos permita salir victoriosos.
Es por eso que:
Bajo un buen líder, tu capacidad florece; bajo uno malo, se marchita.
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