El Kaizen nos enseña que el verdadero cambio no depende de presupuestos elevados, sino de transformar cómo las personas realizan su trabajo día a día.
Implementar Kaizen requiere una actitud desafiante, ya que salir de la zona de confort es, para muchos, el mayor reto.
Estamos naturalmente inclinados a mantener las prácticas conocidas, pero la mejora continua nos invita a cuestionar y optimizar nuestros métodos constantemente.
¿En tu equipo hay apertura para replantear las formas de trabajo en pro de mejoras continuas?
“Kaizen no se logra con grandes presupuestos, sino cambiando la manera en que las personas realizan su trabajo cada día.”






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